Aunque es una propuesta interesante, el nuevo logo de Coppel causó muchas más críticas y detracciones y hay varias razones que pueden explicarlo.
En el último año, han sido varias las marcas mexicanas que han implementado cambios significativos en su imagen corporativa. Marcas como Aeroméxico o Cinemex son solo algunas en las que en recientes meses han decidido aplicar un cambio radical en sus ya icónicos logotipos.
Lo que es cierto, es que aunque pareciera natural esta tendencia de las marcas hacia adaptarse a diseños más simples y minimalistas, la reacción del público es cada ves más adversa a que las marcas se simplifiquen a niveles extremos que pueden parecer incomprensibles.
¿Por qué Coppel cambió su logo?
De acuerdo con la página de Grupo Coppel, el cambio obedece a que la marca busca extender su presencia digital. En ese sentido, suena lógico pensar que necesitarían un logo que pueda adaptarse fácilmente a espacios digitales muy reducidos como el ícono de una aplicación o un Favicon. La llave que tenían anteriormente pudo haber presentado retos para adaptarse a esos espacios.
De la llave es que surge la idea de los 3 puntos que simbolizan a una llave extremadamente minimalista. Este símbolo cumple perfectamente esa función de adaptarse en entornos pequeños y perfilar a la marca para competir en un entorno cada vez más digital.
¿Por qué los usuarios no reaccionaron de forma positiva al cambio?
A pesar de que el rediseño cumple con los objetivos planteados por la propia empresa, la impresión de los usuarios ha sido demasiado adversa, pues les ha dado la impresión que, al igual que con Cinemex, el logo es tan sencillo que parece que no se le invirtió mucho esfuerzo en el rediseño.
El «romanticismo» detrás de un rebranding ya no está funcionando.
Desde mediados de la década del 2010, muchas marcas comenzaron su proceso de «minimalización». Ejemplos como Starbucks o Mastercard ayudan a comprender la tendencia de muchas marcas a dejar atrás la saturación de diseño que estaba de moda a principios de los 2000 para optar por logotipos más planos y sencillos.
Sin embargo, muchas veces estas campañas iban acompañadas de discursos que intentaban apelar al sentimentalismo, argumentando que el cambio es pensado en el cliente, en las nuevas generaciones, para alinearse mejor a los valores de la empresa, entre otros.
En este caso particular, Coppel basó su «justificación» para el cambio de logo con la frase (y nombre principal de la campaña) «Tú Eres La Llave«, que si bien suena a una justificación muy buena, los usuarios ya se sienten agotados por esta clase de campañas, que por más ingeniosas que puedan ser, ya no sorprenden al consumidor.
¿El minimalismo ya no será tendencia?
Si bien es cierto que «menos es más», quizás en términos de marketing y diseño esta filosofía, por más funcional que sea, ya agotó a los clientes, quienes están buscando razones para conectar con una marca mucho más allá de una apariencia sencilla.
No es casual que al mismo tiempo en el que el minimalismo comienza a generar cada vez más adversidad en los usuarios, comiencen a surgir alternativas de diseño que podrían establecerse como tendencia para los siguientes años.
En ese sentido, es importante poner como ejemplo a Apple, que se ha caracterizado por imponer tendencias de diseño (o saber adaptarse a ellas incluso antes de que todo el mundo se sume a ellas).
Con el lanzamiento de iOS entre 2007 y 2012 en diseñar los íconos de las aplicaciones del sistema operativo con demasiado detalle, algo que al parecer era por predilección de Steve Jobs, haciendo parecer casi que eran objetos reales. Esta tendencia terminó en 2013 con el lanzamiento de iOS 7, que minimalizó todos los íconos del sistema operativo del iPhone.
Ese diseño plano y sencillo sufrió cambios significativamente menores hasta este 2025, donde Apple anunció que pasará de iOS 18 a iOS 26 (para hacerlo concordar a partir de ahora al año siguiente de lanzamiento, que en este caso es 2026), y que el diseño del sistema y sus aplicaciones será Liquid Glass, significando un «regreso» (no tan literal) a lo que Jobs había dejado implementado antes de morir. (O a lo que Windows Vista ya había hecho en 2009).
En conclusión, el reciente cambio del logo de Coppel destaca la complejidad que enfrentan las marcas a navegar entre la delgada línea del minimalismo y el apego emocional de los consumidores.
A pesar de qué la nueva propuesta busca modernizar su imagen y adaptarse a un entorno digital, la reacción de los usuarios a esta clase de cambios suele ser cada vez más severa con las marcas que lo implementan.
Es importante que cada marca que pretenda implementar una estrategia de rebranding, busque formas más significativas de conectar con su audiencia, evitando la saturación de narrativas que, aunque ingeniosas, pueden resultar poco efectivas en un mercado cada vez más demandante.
El desafío a partir de ahora será buscar el balance entre la funcionalidad del diseño y la creación de una experiencia de marca que genere conexión emocional y relevancia a largo plazo al mismo tiempo. Sin descuidar tampoco las próximas tendencias de marketing y diseño que comienzan a vislumbrarse desde ahora.
¿Y a ti, qué te pareció el nuevo logo de Coppel?
José Andrés Cruz Domínguez
José Andrés Cruz Domínguez es un mercadólogo egresado de Universidad Tecmilenio, nacido en la Ciudad de México;…
Keep readingCon información de: Grupo Coppel, Roast Brief.
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