El tema que más debate ha generado en los últimos días es el movimiento feminista en México. Son tantas las críticas y controversias que desde mi punto de vista el tema central del debate se ha perdido. En tan sólo un par de horas el tema cambió de la lenta y hasta cretina acción del gobierno para atender los casos de violaciones y asesinatos a mujeres para pasar a los actos de vandalismo y del por qué sí o no son válidos como acto de protesta.
Hay que darnos 5 minutos para reflexionar. Aquí vale la pena pensar, ¿a quién beneficia este cambio de tópico? ¿A quién le conviene la división de grupos que tienen un mismo ideal?
Se puede entender el hartazgo de este grupo de mujeres que todos los días sufren el acoso y que salen de sus casas con el miedo de no regresar. Sin duda alguna una vida vale más que cualquier cosa material, tan vale tanto que no tiene por qué compararse; no tiene equivalencia el preferir o dañar un bien material sobre una vida.
El daño a los monumentos, como el Ángel de la Independencia, causó tanto ruido que ha resultado ya contraproducente para el propio movimiento, porque pasamos de poner atención a los casos de las múltiples víctimas a entrar a un debate del por qué sí o por qué no se justifica el daño al patrimonio de la nación.
¿A quién le beneficia el desvirtuamiento del movimiento? Precisamente a quienes el propio movimiento pretende derrotar. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha operado de una manera tan torpe debido a que cree que todo esto es única y exclusivamente para debilitar a su gobierno. Los actos cometidos ayer, justificados o no, le han dado cartas morales a Sheinbaum para ponerse la camiseta de víctima.
Estamos cerca del primer informe de gobierno de este sexenio y tal parece que las (pocas) bondades que han sucedido en el país son gracias a ellos y las (muchas) desgracias y problemas son culpa de los gobiernos anteriores. Tanto Andrés como Claudia gobiernan de la misma manera. A 8 meses de iniciar sus periodos de gobierno, podemos ver que las estrategias de seguridad que han implementado ambos han sido poco eficientes, y cada vez más se les acaba el cartucho de «acabamos de entrar».
La primera mujer jefa de gobierno electa de la CDMX no ha podido combatir el problema de los crímenes contra las mujeres, entre muchos otros, porque gobierna con la mentalidad del «O estás conmigo o estás en mi contra». Claro que se puede estar indignado por las violaciones, el reportero golpeado y los monumentos dañados al mismo tiempo, pero nos acostumbraron a esa idea «si no estás conmigo, estás en mi contra». Desgraciadamente el movimiento al querer darse a notar al vandalizar el metro, metrobús y el monumento a la victoria alada, le dieron el elixir que le hacía falta a Claudia para saciar su sed de venderse como la afectada en todo esto.
¿A quién le conviene la división de un gran número de personas que buscaban un objetivo en común? Quienes apoyaban al movimiento ya se dividieron entre los que están a favor de vandalizar y quienes no. Ahí se está generando el debate y el tema central ya se dió por perdido. Pasaron todos de burlarse de la diamantina rosa que le aventaron a Jesús Orta y la indignación por la reacción rápida de la procuradora Ernestina Godoy ante la «grave» agresión a Orta, a tratar de encontrar quién tiene la razón en un tema que terminó por darle un balazo en el pie al movimiento.
¿Cuál es la forma de dar el tiro de gracia? Seguirles el juego, seguir dividiendo a los grupos que comenzaron a ejercer presión al gobierno de la Ciudad. Así llegaron al poder, dividiendo, y así podrán quitarse de encima cualquier movimiento fuerte que les llegue a calar como las mujeres lo estaban haciendo.
Ya que reflexionamos, me queda preguntar ¿Qué haremos? ¿Les seguimos el juego?
Mujeres, esta lucha es de ustedes, no dejen que nadie desvirtúe lo que han ganado.