La «maldición» de los Jefes de Gobierno

Las aspiraciones presidenciales del actual Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, no fueron secreto para los habitantes de la Ciudad de México durante sus primeros 5 años de gobierno; pero el sismo del 19 de Septiembre de 2017 y la imposición de Ricardo Anaya como candidato del Frente le cerró toda posibilidad de contender por la Presidencia. Sin embargo, Mancera no ha sido el único en querer ocupar la silla presidencial dejando como cargo inmediato el gobierno de la capital, de hecho la lista se empieza a alargar cada vez más y más, lo que da a reflexionar por qué los gobernantes de la Ciudad de México no logran llegar a la Presidencia de la República.

Desde el sexenio de Manuel Ávila Camacho hasta el de Gustavo Díaz Ordaz, se había hecho tradición que quien ocupaba la Secretaría de Gobernación se convertía en el próximo Presidente. Debido a la obediencia que se tenía a las decisiones presidenciales, los aspirantes que no eran elegidos por «dedazo», o mostraban lealtad y disciplina o se retiraban del gobierno.

El primero en manifestar públicamente el no ser el elegido para ser candidato presidencial fue Manuel Camacho Solís en 1993, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, quien designó por «dedazo» a Luis Donaldo Colosio. Camacho Solís era el Jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, y a pesar de competir por los titulares con Colosio al ser designado Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas (debido al levantamiento Zapatista de enero de 1994), las cosas para Solís no terminaron del todo bien. El asesinato de Colosio también mató la carrera política de Camacho, ya que la percepción pública fue que él tuvo algo que ver con el crimen para poder ser el candidato presidencial.

El siguiente aspirante es precisamente el primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, quien ya había sido candidato presidencial en 1988 y 1994. Fue electo como Jefe de Gobierno en 1997 y duró dos años en el cargo, renunciando para participar en las elecciones del año 2000, las cuales representaron su tercera derrota electoral. Quizás la silla de Jefe de Gobierno no fue un factor «maldito» para que Cárdenas perdiera la elección, pero a partir de él todos sus sucesores han intentado llegar sin éxito a la presidencia, o por lo menos a la candidatura.

López Obrador renunció en el año 2005 a la Jefatura de Gobierno, después de su lucha contra el desafuero, para competir en las elecciones del año 2006, perdiendo y volviéndolo a intentar en el 2012. Hoy va para su tercer intento, así como Cuauhtémoc Cárdenas, razón por la cual la izquierda mexicana en los últimos 30 años sólo ha postulado a dos candidatos a la presidencia.

Marcelo Ebrard intentó ser el candidato del PRD en 2012 aún siendo Jefe de Gobierno. Sin embargo, López Obrador le «ganó» la candidatura, por lo que Ebrard tuvo que quedarse en su puesto y así convertirse en el primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal en concluir su mandato (sí, el primero).

Por último, Miguel Ángel Mancera se perfilaba para convertirse en el candidato a la presidencia por el PRD, sobre todo después que el partido atravesó por una fuerte crisis interna por la salida de López Obrador para fundar a Morena. Antes de las elecciones del Estado de México de 2017, el PRD estaba dado por muerto a nivel político, perfilando a Mancera como su figura más poderosa rumbo al 2018. La excelente campaña de Juan Zepeda significó una bocanada de aire fresco para el PRD, demostrando que aún podían tener un as bajo la manga para competir por la Presidencia. Incluso en el 5to Informe de gobierno de Mancera los diputados de su partido lo vitoreaban como el próximo Presidente de México.

Sin embargo, hubo 2 factores que cambiaron el panorama que tenía Mancera para ser Presidente. El primero fue el sismo del 19 de Septiembre de 2017; haberse salido de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para ser contendiente en medio de la crisis hubiera significado la muerte instantánea de su candidatura. El segundo fue la imposición de Ricardo Anaya como candidato, por lo que Mancera ahora le queda elegir entre concluir su mandato en la Ciudad de México o aceptar la candidatura plurinominal del PAN al Senado.

Resulta bastante extraño que ningún Jefe de Gobierno haya conseguido hasta el momento convertirse en Presidente de la República, y que cada vez les sea más difícil conseguir por lo menos la candidatura. Los últimos dos Presidentes que llegaron al cargo dejando o concluyendo una gobernatura fueron Vicente Fox en Guanajuato y Enrique Peña Nieto en el Estado de México. Maldición o no, lo cierto es que del escritorio de gobierno de la Ciudad de México han emanado muy pocos Presidentes.

José Andrés ha escrito en La Litera.

 

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