Hugo López-Gatell en un par de semanas pasó de ser un epidemiólogo destacado en su gremio que promovía el etiquetado claro en los alimentos a ser un rockstar naciente querido por chicos y grandes por ser quien asumía la responsabilidad de ser el encargado de enfrentar la epidemia de covid-19 en México.
Sin explicación aparente él fue quien asumió la responsabilidad, sin ser el Secretario de Salud, de comunicar la estrategia del gobierno federal frente a la pandemia. Desde hace semanas se le critica por su renuencia a la aplicación de pruebas rápidas, por sus contradicciones respecto al aplanado de la curva de contagios y por errar en sus predicciones respecto al estado de la pandemia. Pero no todo es su culpa, y me gustaría explicarte el por qué, sobre todo si piensas que al atacarlo atacas también a López Obrador.
Empecemos por lo evidente, a pesar de haber recibido la encomienda de manejar la crisis del coronavirus en México, no tiene el poder que sí tiene el propio Secretario de Salud, que de repente está y de repente no está. Pero sus limitaciones van más allá de sus facultades como Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, tiene una gran piedra en el zapato que debe aguantar por convicción y por obligación: el Presidente de la República.
El principal detractor a la estrategia de López-Gatell es el propio López Obrador. El presidente se rehusa a usar cubrebocas (al menos de que se trate de una visita al presidente Trump), aplicarse gel antibacterial y ha acatado de mala gana la sana distancia. En el inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia el presidente seguía de gira, rodeado de personas, estrechando manos y besando niñas. Cuando López-Gatell hizo el llamado enfático repitiendo la frase de «Quédate en casa» el presidente tuvo que cancelar sus giras, pero no quiso cancelar las mañaneras porque el pueblo debe seguir informado, y en lugar de hacer conferencias en línea como sí lo hace Claudia Sheinbaum, prefirió reducir el aforo en Palacio Nacional y separar las sillas. El show debía continuar.
Las contradicciones siguieron cuando en una mañana Orador decía que ya se había domado la pandemia, justo cuando la noche anterior López-Gatell presentaba números cada vez más preocupantes. La idea de los semáforos por Estados surgió por la necesidad de una reactivación económica para detener la caída en la generación de empleos. Sin embargo, Obrador aprovechó la oportunidad para declarar sus giras como una actividad esencial para el país. El presidente está en campaña, desde hace 20 años, no sabe trabajar de otra manera y sabe que para ganar adeptos en el 2021 necesita mucho más que sus apariciones en televisión cada mañana.
El desliz más significativo de López-Gatell fue sin duda declarar que el presidente tenía una fuerza de contagio moral y no de coronavirus; declaración demasiado estúpida… Pero imagina por un momento que te están amenazando con un arma y te piden que hables para disimular que no está pasando nada, eso le pasó al pobre Hugo, con su jefe detrás de él esperando a que lo justificara de alguna manera.
Es un secreto a voces que la administración de Sheinbaum no está dispuesta a seguir las recomendaciones de Gatell, incluso del propio Obrador; a pesar de ser su protegida política, Sheinbaum entendió muy pronto la magnitud del problema y decidió poner el ejemplo usando cubrebocas y declarando su uso obligatorio, aplicando más pruebas y usando la tecnología para perseguir los casos en la CDMX.
Entonces, ¿Por qué te digo que no toda la culpa es de López-Gatell, existiendo el caso de independencia operativa de Sheinbaum?
Pues, Claudia es una gobernadora que en un principio quería emular los pasos de Obrador en cuanto a ideología, dichos y estilo; pero que ahora ha decidió seguirlo solamente en ideología para demostrarle a la ciudad su propio potencial para gobernar después de pasar por un inestable primer año en el cargo, manchado por la contingencia ambiental, el incremento en la inseguridad y el movimiento feminista. En pocas palabras la pandemia obligó a Sheinbaum a quitarse de la sombra de AMLO para por fin gobernar la ciudad, y de verdad se agradece muchísimo, por fin decidió ser ella misma en lugar de querer imitar a su padre político, pasando de echar culpas a actuar de forma contundente.
López-Gatell no es un gobernador, ni siquiera forma parte formal del gabinete, está atado a la agenda política del presidente y está obligado a hacer milagros para que la pandemia también se adapte a dicha agenda. Él tampoco es un político experimentado, pasó de ser un epidemiólogo a nuevo ídolo, incluso quitándole protagonismo al propio presidente, ¡hasta tiene una figura Funko Pop no oficial! Incluso en las redes sociales usuarios de todas las preferencias políticas lo defendieron al unísono cuando Javier Alatorre hizo un llamado a ya no hacer caso de sus instrucciones. No tiene realmente un colmillo para desarrollarse como político y se está valiendo de las personas que tiene para aprender, por algo formó parte de los funcionarios que defendieron a Irma Eréndira Sandoval después del reportaje de Loret de Mola sobre sus 6 casas.
Aquí hago una pausa para remarcar que no toda la culpa es de López-Gatell. La pandemia demostró que el país no estaba preparado para una situación así, por lo que muchas personas se vieron forzadas a salir desde el primer día de la cuarentena para poder subsistir, y por esa gente no hay y no debe haber reclamo alguno; al contrario, debe haber comprensión y apoyo. El problema es la gente que al no creer no se cuida y se salió a la calle y que aún sigue saliendo para hacer actividades no esenciales.
Todos conocemos por lo menos a una persona que no ha cumplido con la cuarentena, y no por cuestiones laborales, los hemos visto en fotos, videos o historias en reuniones y fiestas haciendo como que nada pasó o nada les va a pasar. López-Gatell por más restricicones que ponga, estas son voluntarias, y apegadas al principio de no forzar a nada a la ciudadanía. En cierta parte eso se agradece, por ello las personas pueden salir con protección por provisiones sin temor a ser detenidas por estar fuera como ha pasado en muchos países o incluso en otros estados de la República, como el caso de Giovanni López, asesinado brutalmente por no usar cubrebocas.
Así Gatell se ve atado por el presidente y a merced del comportamiento de la ciudadanía, algunos con conciencia y otros con completa carencia de ella.
Ahora, muchos periodistas y opositores a López Obrador se han enfocado a atacar a López-Gatell, ya que en su propia lógica al hacerlo también debilitan al propio presidente, pero no podrían estar más equivocados… de hecho están haciendo todo lo contrario.
Y es que a Obrador le conviene más que todo el peso recaiga sobre Gatell, que se le reclame por errar en sus predicciones (que si lo pensamos un momento, predecir el final de la epidemia es algo humanamente imposible y en su momento no contemplaba que tanta gente seguiría afuera sin cuidarse ni cuidar a los demás).
Al presidente le conviene que los medios ataquen a quien le quitó su puesto de rockstar, y no por envidia o venganza; López-Gatell es el chivo expiatorio del presidente por si las cosas salen terriblemente mal. Como es su costumbre, en un escenario así diría que él confió en los científicos y que estos les fallaron al país.
Mientras tanto, en un escenario adverso, donde la pandemia por fin logra ser controlada, López-Gatell recibiría su crédito y sería mucho más poderoso, y los constantes ataques hacia él no habrían hecho más que elevarlo al grado de mártir al haber enfrentado al coronavirus y a la «prensa fifí» y a los «prianistas».
No defiendo del todo a López-Gatell, pero trato de entender lo difícil que debe ser enfrentarse a un virus desconocido y complacer a tu jefe al mismo tiempo. Lo que debería ser más grave, es que quienes hoy se regodean en los errores y tropiezos de Gatell pensando que atacan a López Obrador, sin darse cuenta podrían estar alimentando el ego del doctor para que se convierta en algo que no es, en algo que no buscaba y en algo que ya probó y puede que le guste: ser un político. Y con lo respetado, comprendido y defendido que es en redes (incluso por quienes no apoyan a Obrador), podría convertirse en algo más que un político.
José Andrés ha escrito en La Litera.
Fuentes bibliográficas:
Animal Político. (2020). Coronavirus. 8 de julio del 2020, de Animal Político Sitio web: https://www.animalpolitico.com/coronavirus-covid-19/
Notimex. (2020). PAN anuncia que denunciará a Hugo López-Gatell por violencia política de género. 8 de julio del 2020, de Código QRO Sitio web: https://codigoqro.com.mx/2020/05/28/pan-anuncia-que-denunciara-a-hugo-lopez-gatell-por-violencia-politica-de-genero/
S/A. (2020). Asegura López-Gatell que la pandemia no ha sido domada. 8 de julio del 2020, de El Mañanero Diario Sitio web: https://www.elmananerodiario.com/asegura-lopez-gatell-la-pandemia-no-ha-domada/