Con el anuncio de la segunda película para 2027, recordamos por qué la campaña de la primer película sigue siendo, a casi 20 años, un referente para la activación de marcas.
En marketing, dominar la conversación global es un gran logro, pero convertir un lanzamiento en todo un evento cultural es maestría. En 2007, la entonces 20th Century Fox logró precisamente eso con el estreno de «Los Simpson: La Película».
Ahora, con el anuncio de la secuela para 2027, bien vale la pena mirar hacia atrás para encontrar lecciones que, aún a casi 20 años de distancia, se pueden implementar hoy en día.

La campaña de Los Simpson 2007 es todo un caso de estudio en co-branding y experiencia de marca, demostrando que la calidad de la activación supera con creces la cantidad de dinero invertido en anuncios tradicionales.
Activaciones de marca
Parte importante del éxito de la campaña no fue un tráiler, sino un acto físico: la transformación de 12 tiendas 7-Eleven en Estados Unidos y Canadá en el icónico Kwik-E-Mart de Apu. La idea era brillante por varias razones: capitalizó la nostalgia de una marca de casi 20 años y ofreció una experiencia de inmersión accesible.
Los fans no solo veían un anuncio, podían comprar una Buzz Cola, unos Krusty-O’s o un Squishee real. Este engagement sensorial generó un torrente de Contenido Generado por el Usuario (UGC) orgánico, volviendo virales las tiendas antes de que TikTok existiera. No se trataba de ir al cine, se trataba de vivir Springfield.
Alianzas con marcas
Las alianzas con marca no fueron solo juntar logos; fueron activaciones de valor que convirtieron el licensing en una experiencia de marca compartida, y que resultaron en un éxito rotundo para los socios. Fox estableció sus alianzas clave a aquellos partners que aseguraran que cada uno «rompería el molde» de la publicidad convencional.
Burger King fue otra de las marcas, junto con 7 Eleven, que apostaron por promocionales con el auténtico sentido del humor de la marca y ediciones limitadas de juguetes de Los Simpsons, conviriténdose en una de las marcas de la vida real que más se asocian con la serie.
Microsoft lanzó una edición limitada de 100 unidades del Xbox 360 de un elegante color amarillo y con la cara de Homero, siendo hoy en día una de las piezas más codiciadas de los coleccionistas nivel «El hombre de las historietas», llegándose a ofrecer en línea hasta por $8,000 dólares.

La aerolínea Jetblue tuvo un nivel de compromiso muy grande con la promoción de la película, no solo convirtiéndose en la «Aerolínea Oficial de Springfield», también promocionando sus rutas con varios personajes de la serie, incluyendo el cómo los describiría cada uno con su propio estilo.

Vans no se quedó atrás y lanzó una colección de 12 pares zapatillas diseñados por artistas «underground» de la época.


De igual manera, medios impresos como Entertainment Weekly y Harper´s Bazaar lanzaron sus ediciones especiales promocionando a la película, el primero con 4 portadas coleccionables, y los segundos mostrando a la familia Simpson junto a la supermodelo Linda Evangelista modelando en París marcas como Chanel, Louis Vuitton y Versace.


La impresionante estrategia de Marketing Below The Line
El marketing BTL se caracteriza por utilizar medios no tradicionales o no convencionales para dirigirse a un público específico de forma más directa, generando interacciones mucho más personalizadas. Y por supuesto que la familia menos convencional de la historia de la cultura pop debía promocionar su película de la forma menos convencional posible.
Una de las estrategias más recordadas de marketing BTL para promocionar la primer película de Los Simpson (incluso siendo un referente de cómo implementar una campaña creativa) es la de las escaleras eléctircas donde homero «come» donas.

Aunque sin duda, la estrategia menos convencional y más controversial de todas fue la figura de Homero Simpson junto al Gigante de Cerne Abbas en el Reino Unido. Elaborado con pintura biodegradable a base de agua que se desvanece con la lluvia, le dió la vuelta al mundo, causando indignación en los paganos y una mezcla de admiración e incredulidad en las personas en todo el planeta que observaron la hoy icónica imagen.

El anuncio de una segunda película de Los Simpson para 2027 pone a prueba a Disney. La audiencia de hoy es más escéptica, más fragmentada y está más saturada de contenido a comparación de la de 2007. La nostalgia por sí sola no será suficiente.
La campaña de 2007 nos enseñó que el branding exitoso utiliza la originalidad para generar una sorpresa inolvidable. Si la secuela quiere triunfar, su estrategia de marketing debe ser tan irreverente y legendaria como la propia serie.
José Andrés Cruz Domínguez
José Andrés Cruz Domínguez es un mercadólogo egresado de Universidad Tecmilenio, nacido en la Ciudad de México;…
Keep readingCon información de: CapLocke, Rohit Bhargava, The Guardian.


