Esta elección intermedia se convertirá en la elección más importante de nuestra historia moderna. (Fotografía cortesía de: El Queretano).
Este escrito es para ti, que me lees, que tienes aún muchas dudas o te cuestionas tantas cosas (y está bien). ¿Cómo no tener tantas preguntas en la cabeza? En un mundo saturado de datos y opiniones, ¿Cómo no estarlo? Y como tú, hay muchas personas que también se preguntan lo mismo, y a todas ellas también va este escrito.
¿Por qué votar? Es la pregunta del millón, muchas veces confundida con «¿Por quién votar?», pero no son lo mismo. Votamos sinceramente porque tenemos como mexicanos ese privilegio, mismo que por ningún motivo deberíamos permitir que se nos quite. Nos costó años, sangre y esfuerzo llegar a un sistema democrático que nos ha dado a 3 presidentes de diferentes partidos en los últimos 15 años, algo impensable en el México de los 70’s, por ejemplo. En las elecciones de 1976 sólo hubo un candidato a la presidencia, José López Portillo, el PAN no postuló a ningún candidato para esas elecciones y el resto de partidos postularon al mismo hombre, como dijo el propio López Portillo, «con que su madre hubiera votado por su hijo Pepito, hubiera salido«. La participación ciudadana mantiene viva a nuestra democracia.
¿Por quién votar? Es la pregunta que siempre nos hacemos. Yo no estoy aquí para indicarte por quién hacerlo, porque tú tienes la libertad de elegir y ese también es parte del privilegio que tenemos por ser sencillamente mexicanos, sin importar nuestro género, nivel socio económico ni color de piel. Si bien es cierto que cada vez nuestra democracia se pervierte más al tener a los candidatos más impresentables del mundo (o los más surrealistas e impensables como luchadores, actores y demás famosos) y hasta asco da pensar el nivel al que hemos llegado, con nuestro voto tenemos el poder también de no permitirles llegar, de no dejar que lleguen quienes se han postulado quizás con buenas intenciones pero sin preparación alguna, o quienes tienen el cinismo de haber hecho daño antes y que pretenden seguir haciéndolo.
¿Qué partido elegir si todos parecen ser lo mismo? Es quizás la pregunta que elección tras elección parece acecharnos más. Seamos realistas, ningún partido en México actualmente puede considerarse bueno, porque o tienen un historial de gobierno manchado de bajezas, o porque quienes lo conforman tienen a la gente que estuvo en partidos más viejos y nos dicen ahora que están libres de pecado, o porque quién sabe de dónde salieron y quiénes los patrocinan. Partiendo de la premisa de que los partidos políticos son eso, aquí y en el resto del mundo, veamos a esta elección también como lo que es, una elección en donde o consolidamos el poder de un régimen o ponemos un contrapeso al mismo, no hay más.
¿De verdad importan estas elecciones? Sí, más que nunca. Las elecciones intermedias son las de menor participación ciudadana en México. El abstencionismo de la gente en las elecciones de 2003, 2009 y 2015 es demasiada, ya sea por falta de interés, o por el exceso de partidos nuevos, o por la inseguridad, o por una combinación de esas y más razones. Por lo regular, las elecciones intermedias eran vistas como una calificación al presidente de la República y a su partido, midiendo el éxito político incluso más en la cantidad de gubernaturas ganadas que en los escaños obtenidos en el congreso. La elección de 2021 es mucho más que eso, hoy más que nunca se medirá el poder del partido gobernante en cada estado, pero el congreso nunca había significado tanto como ahora, ya que no sólo parece ser la vista previa de la elección de revocación de mandato, que tendrá lugar por primera vez en nuestra historia en el 2022, también representa la oportunidad para que el presidente tenga un contrapeso, algo que es muy sano en cualquier país democrático.
¿En serio importa mi voto frente al de todos los demás? El némesis más frecuente de la democracia, el pensar «si yo voto o no, nada va a cambiar». Viéndolo así, pensando solamente en ti, es algo probable que nada cambie, pero si miles o millones de personas tienen exactamente el mismo pensamiento, es seguro que el resultado de la elección cambiará. En Estados Unidos mucha gente se confió de las encuestas presidenciales de 2016 que daban como ganadora a Hillary Clinton sobre Donald Trump, aunado a lo inaudito que sería el tan sólo pensar que alguien como Trump fuera a ganar en un país como los Estados Unidos, provocaron que mucha gente no votara al confiar que los demás lo harían… y sí, los demás votaron, pero todos los que simpatizaban por Trump. Es por eso que 4 años después, en 2020, la participación electoral en ese país fue récord, y Biden se convirtió en el presidente con mayor número de votos en la historia de su país. En democracia, aunque haya millones de votantes, se pierde o se gana por un solo voto, y ese podría ser también el tuyo.
¿Qué debo tener en mente al momento de votar? La elección de 2018 fue en donde emití mi primer voto, ese momento exacto en el que estás frente a la boleta, completamente a solas en la casilla, es una sensación tan poderosa… es cuando creía que estaba seguro de mi voto hasta que estuve en la soledad de 3 paredes de plástico y un crayón, vienen a la mente tantas cosas, indudablemente piensas en el futuro del país, sobre todo si se trata de elegir a un nuevo presidente. En esta elección no elegimos eso, pero no por eso dejamos de votar pensando en nuestro futuro. Piensa bien qué es lo que quieres para ti, tu familia, tu trabajo, porque a pesar de que en esta elección no nos convertirá en primer mundo gane quien gane, definirá el rumbo que tomará el país, quizás más allá de 2024.
Vota en libertad, vota sin miedo, vota pensando en el país, hoy más que nunca México depende de todas y todos.
José Andrés ha escrito en La Litera.
La Litera 