A ti, querido lector, ¿Qué te pareció este año? ¿Qué nuevas experiencias, aprendizajes y momentos viviste en estos 366 días? Sé que hay años buenos y malos; algunos los añoramos y otros no nos gustaría recordar del todo, a mí me pasó algo así.
El año pasado, 2015, fue un año bastante difícil para mí; diversas situaciones pasaron por mi vida y tuve que actuar en escenarios bastante complicados, pero al final todo empezaba a mejorar; y es que para mí, el 2016 fue un año espectacular, que de hecho tuvo su «pre» en diciembre de 2015.
A finales de diciembre del año pasado, fui a Nuevo Vallarta; conocí las Islas Marietas, después de tiempo regresé al mar, conocí a muchas personas; fue una experiencia única. Sinceramente, el 2015 había sido tan pesado para mí, que esperaba el 2016 con ansias, algo me decía que muchas cosas buenas me pasarían en el año que estaba a punto de comenzar, y fue así, desde sus primeros segundos.
En el hotel donde me hospedé, hubo una gran fiesta de año nuevo; había un gran escenario, música, pista de baile, mesas, bebidas… sentía una emoción que pocas veces había experimentado. La cuenta regresiva comenzó… 10, 9, 8… veía el reloj y sentía la euforia de todos, como si los presentes ya no aguantáramos más la espera; 3…2…1… y los fuegos artificiales aparecieron, por fin el 2016 había llegado; en el hotel había muchísimos turistas, en su mayoría estadounidenses y canadienses, uno de esos tantos estaba a lado de mí en ese momento, nos percatamos de nuestras presencias y, como si nos conociéramos de toda la vida, brindamos como viejos amigos por la llegada del nuevo año.
La primera noche del año la pasé en el barco pirata de Puerto Vallarta, el «Marigalante»; cantos, bebidas y mar, y un show de piratas que te hacía sentir como en una aventura; sólo que en todo el 2016 jamás me bajé de ése barco, emprendí una aventura tan fantástica que hizo de este año diferente al resto.
Regresé a la Ciudad de México, emocionado por todo lo que me aguardaba, literalmente me sentía una persona nueva; desde el inicio, y durante todo el año, hubo personas que se apartaron de mi vida, pero llegaron muchas otras, y estoy totalmente agradecido que sucedieran las dos cosas, mi vida es radicalmente otra, y sobre todo, mucho mejor.
El 2016 me presentó el reto de terminar con éxito mi preparatoria, a pesar de haber pasado por 5 semestres, la dificultad era grande; de mi esfuerzo y constancia dependía mi entrada a la Universidad. Los temas de conversación con mis amigos y compañeros de preparatoria trataban principalmente sobre nuestras carreras, muchos ya sabían qué y dónde estudiar, incluso tenían aprendido su plan de estudios, otros ni siquiera sabían qué carrera elegir. Por mi parte, ya tenía definido cuál sería mi carrera desde un año antes, estaba pensando estudiar Ciencias Políticas, pero al final me decidí por Mercadotecnia.
Y en un abrir y cerrar de ojos, llegó la ceremonia de graduación, el camino que inicié en Agosto del 2013 había llegado a su fin; fiestas, amigos, recuerdos… era el fin de una etapa; no sólo por el hecho de acabar la preparatoria como tal, a partir de entonces mi vida dio más giros, la mayoría para bien; a partir de ése momento todo fue mejorando aún más.
Un día que comenzó de forma bastante ordinaria, estaba recogiendo mi cuarto, cuando sonó una notificación de Periscope en mi teléfono, noté que era una transmisión de una persona que admiro y que tenía tiempo siguiendo; Arne Aus den Ruthen estaba transmitiendo nada más ni nada menos que en mi colonia, sin pensarlo fui a buscarlo para saludarlo .El plus fue que salí en su transmisión y me tomé una foto con él. Te juro, querido lector, que lo último que pensé ése día en la mañana fue que vería a uno de mis ídolos en persona.
Pasaron unos días, y tomé el segundo viaje del año, viaje que cambiaría mi vida en muchos aspectos. Corría el mes de Julio, completando apenas su primera mitad, en la madrugada ya estaba abordando un avión con destino a Guadalajara, Jalisco, rumbo a la casa de un tío abuelo, que tenía una litera en el cuarto de huéspedes. Ése día en especial en un principio fue algo difícil personalmente hablando, era como esas veces que tenías más preguntas que respuestas en la cabeza y pensabas en la nada. En esas vacaciones recorrí algunos rincónes de México, incluso visité 3 estados en un día; Michoacán, Nayarit y Colima; presencié variedad de paisajes y comí en diferentes lugares, pero cuando llegaba la noche, ya de regreso en Guadalajara, aún seguía un poco deambulante los primeros días y sobre todo las primeras noches. Siempre que viajo a algún lugar, cargo conmigo papel y pluma, para escribir cada vez que la inspiración llega a mí; y en las noches en las que no podía dormir, simplemente escribía, y la litera en donde dormía resultó ser un lugar bastante cómodo para dejar fluir mis ideas.
Acabaron las vacaciones, antes de irme de Guadalajara, tomé varias fotos de la casa de mi tío abuelo; fue como vivir en otro mundo, estampas de las manzanas pegadas en la alacena, vasos, platos y cubiertos provenientes de restaurantes de todos los lugares donde mi tío abuelo ha comido; unas calabazas que compramos en la carretera ahora reposando en el piso de la cocina, donde también había una pequeñísima estufa, cucarachas que rondaban seguido por todos lados, servilletas por doquier; el despacho, lleno de objetos y figuras de todas las décadas, fotografías y mapas que contaban a detalle la vida de mi tío abuelo, el olor a humedad que rondaba toda la casa, un baño sin regadera y con cubetas llenas de agua y otro donde el lavabo escurría el agua de la llave; en fin, me la pasé bastante bien ahí.
Regresé a la Ciudad de México, pero ya no era el mismo de hace un par de días; algo empezaba a nacer en mí, una chispa inquieta, con ganas de brillar y hacer explotar mi potencial como nunca antes lo había hecho. Siempre he sido una persona que busca ayudar a los demás, que gusta de hacer cosas que beneficien a la comunidad, también soy una persona que respeta y escucha cuando alguien está dando su opinión, y que disfruta de debatir ideas, discutir temas en un ambiente cordial y donde el único fin sea el desarrollo del pensamiento crítico. La chispa que crecía cada vez más en mí me decía que tenía que hacer algo para hacerme escuchar y darle espacio a las ideas de los demás; porque a veces 140 caracteres no son suficientes y Facebook no es un lugar (por lo menos para mí) cómodo para leer críticas sobre temas de cualquier índole. De ahí, dicha chispa me dio la idea de crear un blog.
A partir de ése momento, en una tarde de finales de Julio, nació La Litera.
Desde el inicio sabía que el tema central sería la política, tema que desde niño me apasiona, pero también empecé a incluir temas variados, como situaciones de la vida cotidiana, críticas a la sociedad con reflexión, entre otros. Crear a La Litera ha sido una de las mejores cosas que me han pasado este año.
Durante los primeros días de vida de La Litera, entré a la Universidad. Desde el inicio empecé a conocer gente nueva, y así se dio con el paso de mi primer semestre. Cumplí los 18 años y la fraternidad de Networking me votó como su Presidente, mi vida empezaba a cambiar a pasos agigantados; en un principio, por obvias razones, me costaba algo de trabajo manejar a la fraternidad más grande de la Universidad, pero conforme fue pasando el tiempo agarré el ritmo, y al día de hoy hemos logrado muchas cosas; siento un profundo orgullo de ser el Presidente de una fraternidad que logra que las cosas pasen. También fui elegido como Director de Relaciones Públicas de Enactus Ferrería, y estar ahí ha sido algo bastante positivo, ya que estoy rodeado de un grupo de universitarios a los que considero familia, y son capaces de lograr muchas cosas de forma profesional.
Llegué a los últimos 2 meses del año, a principios de Noviembre asistí al Primer Congreso Nacional de Liderazgo Empower, realizado por mi Universidad en su Campus en Toluca y con la asistencia de estudiantes de profesional de toda la República, además de varios panelistas destacados. Lo mejor de ir a Empower fue convivir con otros estudiantes de otros estados, conocer empresarios y descubrir amistades dentro de mi propio campus.
Aunque el 2016 ha estado lleno de sorpresas gratas, también me ha puesto, como todos los años, retos difíciles; el año no sólo me ha enseñado a como ser un buen líder, me ha hecho aprender por la fuerza cómo seguir adelante sin uno.
Llegó diciembre, me ha tocado oír y leer a muchas personas que se han quejado de éste año; por las muertes de muchos famosos, por la victoria de Donald Trump, por el «gasolinazo» del próximo año, por las desventuras de algunos, por los objetivos no cumplidos de otros, por que el año no era lo que esperaban… pero hay algo que te quiero compartir, querido lector; este año ha sido uno de los mejores que he vivido hasta ahora, mi vida cambió de una forma tan positiva que nunca imaginé acabar tan bien el año cuando lo empecé. Me despido del 2016 con mucho cariño, afecto y con un agradecimiento total; porque me dio más de lo que esperaba, porque en sus 366 días me dio sorpresas, lecciones y alegrías.
Espero el 2017 con más ganas, mis mejores deseos para ti, querido lector; espero que el año que está a punto de comenzar, por más complicado que se vea, sea uno que valga la pena vivir y recordar.
¡Feliz Año Nuevo!
José Andrés ha escrito por última vez en La Litera en 2016, nos leemos en 2017.